Hoy voy a hablaros de algo a lo que tenemos miedo cuando estamos a dieta: las fiestas.
Para tomar la decisión de ponernos a dieta hay que estar en un buen momento psicológico y físico. Psicológico porque requerimos de esa fuerza mental que nos hace que la llevemos a cabo, que sigamos unas normas, que nada ni nadie nos quite esa idea, ni eventos, ni personas que nos digan: “¡Pero...Si tú estás bien!”. “Si no te hace falta”. “A ver si te vas a poner enferma”... Si estamos fuertes mentalmente hablando, todo eso nos da igual para empezar esta nueva etapa. Físicamente tenemos que estar bien, que nuestra analítica esté bien y no tenga carencias en cuanto anemia, hierro por debajo de lo normal, defensas normales… Así ya estamos preparados.
Una vez estamos haciendo la dieta un tiempo y todo va bien, nos encontramos bien, se ha pasado esa “ansiedad” que podemos pasar al principio, vamos perdiendo un poco mejor o un poco peor, según lo hagamos de bien… Llegan las fiestas. En este caso, las de Semana Santa.
Los días de antes, cuando venía a consulta, me preguntáis: “¿Qué hago estas fiestas?”. “En Semana Santa hay muchos dulces”. “Uff, con las procesiones me entra mucha hambre”. “Es que yo estoy todo el día tocando el tambor y necesito reponer fuerzas”. “Es que ayudo a mi madre y, ¿cómo no voy a probar lo que hace?”. “Es que soy yo la que hace todos esos dulces tan ricos y soy incapaz de no catarlos”...
Todas esas frases las he oído yo en mi consulta y, la verdad es que os entiendo pero, si queréis seguir perdiendo, esta época se convierte en un paréntesis en el cual, esas cosas que no se deben comer, nos estropean una barbaridad y no somos conscientes de ello. Seguro que nos estropean y seguro que se gana peso haciendo esos excesos tanto en la comida, como en las bebidas alcohólicas, ya sea un vinico, unas cervezas o unas copas. Son muy pocos días y muy intensos en cuanto a vida social.
Siempre os digo la misma frase: “Hay que vivir”. “Hay que salir”. “Pero hay que intentar hacerlo lo mejor posible”.
Si ya es tarde porque se nos ha olvidado la dieta en esos días de fiesta, lo ideal es volver cuanto antes a la rutina. Intentar hacer deporte, aunque sea de forma moderada, caminando una hora diaria. Comer lo mejor posible, según los consejos que os di en su día en la consulta y, poco a poco, estaréis de nuevo en la dinámica de cuidarse, de hacerlo bien y de estar de nuevo “fuertes mentalmente hablando”.
Intenta no desanimarte si vienes a pesarte y pesas más. Estos días seguro que te han “pasado factura”. Seguro que has hecho menos deporte y, ese peso que has aumentado, con un poco de esfuerzo, volverá a bajar. Piensa que, a veces, cuesta un par de semanas empezar a bajar de peso, sobre todo después de tantos días seguidos de no hacerlo bien.
Piensa que siempre estaré en la consulta para animarte, aconsejarte y ayudarte en tu meta, que es encontrarte bien contigo misma y de forma saludable porque, “en Clínica SILINS, mejoramos tu aspecto, cuidando tu salud”.
Para tomar la decisión de ponernos a dieta hay que estar en un buen momento psicológico y físico. Psicológico porque requerimos de esa fuerza mental que nos hace que la llevemos a cabo, que sigamos unas normas, que nada ni nadie nos quite esa idea, ni eventos, ni personas que nos digan: “¡Pero...Si tú estás bien!”. “Si no te hace falta”. “A ver si te vas a poner enferma”... Si estamos fuertes mentalmente hablando, todo eso nos da igual para empezar esta nueva etapa. Físicamente tenemos que estar bien, que nuestra analítica esté bien y no tenga carencias en cuanto anemia, hierro por debajo de lo normal, defensas normales… Así ya estamos preparados.
Una vez estamos haciendo la dieta un tiempo y todo va bien, nos encontramos bien, se ha pasado esa “ansiedad” que podemos pasar al principio, vamos perdiendo un poco mejor o un poco peor, según lo hagamos de bien… Llegan las fiestas. En este caso, las de Semana Santa.
Los días de antes, cuando venía a consulta, me preguntáis: “¿Qué hago estas fiestas?”. “En Semana Santa hay muchos dulces”. “Uff, con las procesiones me entra mucha hambre”. “Es que yo estoy todo el día tocando el tambor y necesito reponer fuerzas”. “Es que ayudo a mi madre y, ¿cómo no voy a probar lo que hace?”. “Es que soy yo la que hace todos esos dulces tan ricos y soy incapaz de no catarlos”...
Todas esas frases las he oído yo en mi consulta y, la verdad es que os entiendo pero, si queréis seguir perdiendo, esta época se convierte en un paréntesis en el cual, esas cosas que no se deben comer, nos estropean una barbaridad y no somos conscientes de ello. Seguro que nos estropean y seguro que se gana peso haciendo esos excesos tanto en la comida, como en las bebidas alcohólicas, ya sea un vinico, unas cervezas o unas copas. Son muy pocos días y muy intensos en cuanto a vida social.
Siempre os digo la misma frase: “Hay que vivir”. “Hay que salir”. “Pero hay que intentar hacerlo lo mejor posible”.
Si ya es tarde porque se nos ha olvidado la dieta en esos días de fiesta, lo ideal es volver cuanto antes a la rutina. Intentar hacer deporte, aunque sea de forma moderada, caminando una hora diaria. Comer lo mejor posible, según los consejos que os di en su día en la consulta y, poco a poco, estaréis de nuevo en la dinámica de cuidarse, de hacerlo bien y de estar de nuevo “fuertes mentalmente hablando”.
Intenta no desanimarte si vienes a pesarte y pesas más. Estos días seguro que te han “pasado factura”. Seguro que has hecho menos deporte y, ese peso que has aumentado, con un poco de esfuerzo, volverá a bajar. Piensa que, a veces, cuesta un par de semanas empezar a bajar de peso, sobre todo después de tantos días seguidos de no hacerlo bien.
Piensa que siempre estaré en la consulta para animarte, aconsejarte y ayudarte en tu meta, que es encontrarte bien contigo misma y de forma saludable porque, “en Clínica SILINS, mejoramos tu aspecto, cuidando tu salud”.
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