Uno de los tratamientos más demandados en Clínica SILINS son los peelings. Y… ¿En qué consisten?. Pues os lo explico de manera sencilla.
Para tratar la piel de nuestro rostro, así como para unificar el tono de la piel, alisar arrugas finitas y dar “lustre”, existen unos ácidos que se aplican en toda la cara, pero también se pueden aplicar en cuello, escote y manos.
Estos ácidos pueden actuar en la capa más superficial de la piel (peelings superficiales) o ir a un plano algo más profundo en el caso de los peelings medios.
La finalidad de este tratamiento es producir una “quemadura controlada” para descamar la capa más externa o bien de manera un poco más profunda.
La piel se renueva cada 21 días y, si te haces un peeling, ese proceso se acelera y, si te haces un peeling cada 21 días o 1 mes durante el invierno, tendrás la piel preciosa.
Te voy a contar cómo es el procedimiento: Antes de empezar a hacerte peelings, lo mejor es prepararte la piel. Se prepara con una crema que contenga retinol, ácido glicólico por ejemplo. Si durante 10 días antes del tratamiento, te los pones por la noche, es una forma de que el peeling no sea tan fuerte para la piel.
Cuando vienes a la clínica, te limpiaremos la cara, protegeremos las zonas más sensibles con vaselina y empezamos con el peeling, aplicándote varias capas según el tipo de ácido. Esto puede durar sobre unos diez minutos. Durante el proceso, usamos aire para que no tengas molestias, o éstas sean las mínimas. Cuando termina ese tiempo, llega el mejor momento, ya que te ponemos una mascarilla fresquita, con la que notarás alivio y paz, porque te dejamos relajadica en la sala durante aproximadamente veinte minutos, con la luz tenue.
En cinco o seis horas es aconsejable no lavarte la cara y te irás de la clínica con una luminosidad que te encantará. A todo el mundo le llama la atención.
Al cabo de un par de días, empezarás a “pelarte” de forma sutil (si te hemos aplicado ácidos que actúen de forma superficial) o más evidente si se trata de peelings medios. Durante unos días estarás pelándote el rostro, hasta que, cuando dejas ese proceso, verás tu piel renovada, con luminosidad, con unificación del tono de la piel, así como atenuación de arruguillas finas.
Las recomendaciones que podemos darte es que sigas con la crema de retinol o glicólico por la noche y que, por la mañana, te apliques tu hidratante y, lo más importante, siempre protección solar.
La época en la que se puede realizar este tipo de tratamiento es desde octubre, hasta abril o mayo, dependiendo del sol que haya y de la zona donde vivamos o si vamos o no a la playa.
Para tratar la piel de nuestro rostro, así como para unificar el tono de la piel, alisar arrugas finitas y dar “lustre”, existen unos ácidos que se aplican en toda la cara, pero también se pueden aplicar en cuello, escote y manos.
Estos ácidos pueden actuar en la capa más superficial de la piel (peelings superficiales) o ir a un plano algo más profundo en el caso de los peelings medios.
La finalidad de este tratamiento es producir una “quemadura controlada” para descamar la capa más externa o bien de manera un poco más profunda.
La piel se renueva cada 21 días y, si te haces un peeling, ese proceso se acelera y, si te haces un peeling cada 21 días o 1 mes durante el invierno, tendrás la piel preciosa.
Te voy a contar cómo es el procedimiento: Antes de empezar a hacerte peelings, lo mejor es prepararte la piel. Se prepara con una crema que contenga retinol, ácido glicólico por ejemplo. Si durante 10 días antes del tratamiento, te los pones por la noche, es una forma de que el peeling no sea tan fuerte para la piel.
Cuando vienes a la clínica, te limpiaremos la cara, protegeremos las zonas más sensibles con vaselina y empezamos con el peeling, aplicándote varias capas según el tipo de ácido. Esto puede durar sobre unos diez minutos. Durante el proceso, usamos aire para que no tengas molestias, o éstas sean las mínimas. Cuando termina ese tiempo, llega el mejor momento, ya que te ponemos una mascarilla fresquita, con la que notarás alivio y paz, porque te dejamos relajadica en la sala durante aproximadamente veinte minutos, con la luz tenue.
En cinco o seis horas es aconsejable no lavarte la cara y te irás de la clínica con una luminosidad que te encantará. A todo el mundo le llama la atención.
Al cabo de un par de días, empezarás a “pelarte” de forma sutil (si te hemos aplicado ácidos que actúen de forma superficial) o más evidente si se trata de peelings medios. Durante unos días estarás pelándote el rostro, hasta que, cuando dejas ese proceso, verás tu piel renovada, con luminosidad, con unificación del tono de la piel, así como atenuación de arruguillas finas.
Las recomendaciones que podemos darte es que sigas con la crema de retinol o glicólico por la noche y que, por la mañana, te apliques tu hidratante y, lo más importante, siempre protección solar.
La época en la que se puede realizar este tipo de tratamiento es desde octubre, hasta abril o mayo, dependiendo del sol que haya y de la zona donde vivamos o si vamos o no a la playa.
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