En alguna ocasión, y con algunos de vosotros y vosotras, me pregunto si venís a la clínica a que os ponga un tratamiento o a que os escuche. En mi profesión, escucharos es crucial. Es importantísimo. Y me encanta.
Antes de adentrarme en el mundo de la Medicina Estética pensaba que mi vocación era ser Médico de Familia. Adoro el trato con el paciente. Otras especialidades las veía más impersonales.
Cada vez que entras por la puerta de la clínica, pienso: “Mira, ha venido tal, que se dedica a tal cosa, tiene estos hijos, uno está estudiando en tal sitio, su marido es esto, tuvo estos problemas, yo le voy a ayudar”. Es decir, conozco tu vida. Y es porque me lo has contado y yo te he escuchado. ¿Y qué tiene que ver esto con la Medicina Estética? Pues la verdad, no lo sé. Pero sí tiene que ver con que tú necesitas que alguien te escuche. Que alguien te anime y te motive. Creo que tiene que ver con las personas y las relaciones.
No solo me ha pasado una vez que acabo abrazada a una paciente llorando las dos a moco tendido, bien de pena, bien de alegría. Y estas experiencias, que se quedan en el despacho para siempre, son las que llenan el día a día.
Muchas veces pienso que, además de Medicina, podría haber estudiado Psicología. O al menos haberme formado en ciertos aspectos relacionados con ella (no descarto hacerlo algún día). Pero también pienso que hay muchos psicólogos que pueden ayudaros mejor en temas que se alejan de mi profesión. Siempre os escucharé e intentaré empatizar con vosotros. Al fin y al cabo somos personas, necesitamos relacionarnos y contar lo que nos pasa.
Muchos de vosotros y vosotras, que me conocéis bien, sabéis que me tenéis a vuestra disposición.
Antes de adentrarme en el mundo de la Medicina Estética pensaba que mi vocación era ser Médico de Familia. Adoro el trato con el paciente. Otras especialidades las veía más impersonales.
Cada vez que entras por la puerta de la clínica, pienso: “Mira, ha venido tal, que se dedica a tal cosa, tiene estos hijos, uno está estudiando en tal sitio, su marido es esto, tuvo estos problemas, yo le voy a ayudar”. Es decir, conozco tu vida. Y es porque me lo has contado y yo te he escuchado. ¿Y qué tiene que ver esto con la Medicina Estética? Pues la verdad, no lo sé. Pero sí tiene que ver con que tú necesitas que alguien te escuche. Que alguien te anime y te motive. Creo que tiene que ver con las personas y las relaciones.
No solo me ha pasado una vez que acabo abrazada a una paciente llorando las dos a moco tendido, bien de pena, bien de alegría. Y estas experiencias, que se quedan en el despacho para siempre, son las que llenan el día a día.
Muchas veces pienso que, además de Medicina, podría haber estudiado Psicología. O al menos haberme formado en ciertos aspectos relacionados con ella (no descarto hacerlo algún día). Pero también pienso que hay muchos psicólogos que pueden ayudaros mejor en temas que se alejan de mi profesión. Siempre os escucharé e intentaré empatizar con vosotros. Al fin y al cabo somos personas, necesitamos relacionarnos y contar lo que nos pasa.
Muchos de vosotros y vosotras, que me conocéis bien, sabéis que me tenéis a vuestra disposición.
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