Hoy voy a hablaros de un tema que me encanta: de los labios.
Como sabéis, los labios se encuentran en la parte inferior de nuestro rostro y es una zona que nos da personalidad, ya que con ellos sonreímos, comemos, nos expresamos...
Hay personas que los tienen muy finos o los tienen deshidratados, o no los tienen con una forma bien definida. En ellos, podemos trabajar para mejorarlos.
Hay dos partes diferenciadas en los labios, el labio rojo y el labio blanco.
El labio blanco superior tiene una depresión media llamada filtrum, el cual tiene dos columnas, que van desde el labio hasta la parte inferior de la nariz.
Hay una línea que separa el labio rojo del labio blanco superior y, en la zona central, está el llamado “arco de Cupido”.
El labio rojo o porción mucosa consta de una parte seca y de una parte húmeda. La porción seca, se llama bermellón.
Una estructura importante en el labio son las comisuras, que son la parte más lateral de los mismos.
Para tratar unos labios, bien perfilarlos o bien rellenarlos, lo primero que hay que hacer es fijarse en la estructura facial de la paciente.
Una vez estudiada, hay que fijarse en la forma y en la estructura labial.
Se han de realizar fotografías para tener una muestra de cómo eran los labios antes de la realización del tratamiento. Las fotos se hacen de la cara entera y del labio, desde más cerca.
Aplicamos anestesia para que la paciente se sienta cómoda a la hora de hacer el tratamiento, ya que el labio es una zona muy sensible, con mucha vascularización y muchas terminaciones nerviosas, por lo que, si no aplicamos anestesia, dolerá.
Lo primero que suelo hacer, es perfilar el labio, para potenciar la forma del mismo. Potenciar, sin perder la estructura y naturalidad del mismo.
Después trabajamos en el filtrum.
Después rellenamos de forma sutil, para que el labio aumente volumen sin perder la identidad de la persona.
En Clínica SILINS nos gusta hacer este tratamiento de forma sutil, ya que las pacientes que vienen, tienen mucho miedo a perder su identidad o a que sus labios parezcan “descomunales” o demasiado aumentados.
El producto que solemos usar es el ácido hialurónico, que lo que hace es hidratar, dar volumen y hacer el labio más bello de lo que lo tienes previamente. Dura en nuestro organismo de seis a ocho meses.
Los resultados son satisfactorios y nuestras pacientes repiten, ya que, al final, acaban encantadas.
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